Clientes que pueden optar entre ser regulados o libres, por primera vez se inclinan por la segunda opción. Esto, porque les permite acceder de forma directa a los bajos precios exhibidos en las últimas licitaciones.
Empresas optan por negociar de forma directa sus contratos y complican mercado eléctrico
Todos los clientes del sistema eléctrico quieren acceder hoy a los bajos precios de las últimas licitaciones eléctricas, en donde se ofertó en promedio a un valor de US$ 47,5 por MWh. Esto originó un fenómeno inédito.
Si bien los clientes libres -empresas con altos consumos, como las mineras- ya están renegociando con las generadoras contratos que reflejen estos valores, los clientes regulados -principalmente residenciales y pequeñas empresas- deberán esperar hasta 2021, aproximadamente, para ver ese precio de la energía reflejado en sus cuentas de luz, dado que los contratos adjudicados en la última subasta comenzarán a operar ese año.
Sin embargo, hay un segmento que puede optar entre ser regulado o libre: se trata de los usuarios finales con potencia conectada de entre 0,5 MW y cinco MW. Hasta ahora, y por la seguridad que esto les otorgaba -dado que al ser de menor tamaño no recibían suficientes ofertas como libres, u obtenían contratos a precios indexados al costo marginal, más un cargo-, la mayoría optaba por ser regulado, pero esto está cambiando.
Hoy, una serie de empresas medianas en términos de consumo de energía -como las de telecomunicaciones o retail – se inclinan por ser libres, o negociar de forma directa con los generadores sus tarifas, porque estiman que pueden lograr mejores precios en el corto plazo.
Efectos en el sistema
El hecho de que los clientes opten por ser libres en vez de regulados tiene efectos. Al realizar licitaciones, las distribuidoras hacen proyecciones de consumos regulados, y sobre esa base contratan cierta capacidad con las generadoras que luego venden a clientes finales. Pero si muchas empresas se cambian de segmento, a las generadoras se les reducirá de forma importante la demanda. Esto puede generar excedentes de energía.
Sebastián Bernstein, de Synex, explica que para las distribuidoras esto no es problema, porque si se les van clientes, disminuyen sus compras a los generadores sin efecto económico para ellas, ya que siguen cobrando su mismo margen de distribución.
Francisco Aguirre Leo, de Electroconsultores, explica, eso sí, que esto les exige a las distribuidoras mejorar sus negociaciones con los generadores para dar condiciones de suministro eléctrico favorables y mantener a esos consumidores entre sus clientes.
Rodrigo Jiménez, de Systep, indica que hoy hay un cambio sustancial en las condiciones de mercado, y si bien hace tres años o más los clientes libres de menor tamaño no tenían muchas oportunidades, “hoy la situación es opuesta, y existe una amplia oferta de generación, lo que supone una ventaja frente al régimen regulado”. Explica que esto resulta muy relevante en empresas en donde el consumo eléctrico representa un porcentaje importante de sus costos de producción, ya que pueden ver un beneficio inmediato. Pero dice que en este contexto es relevante evaluar la calidad del suministro.
Bernstein agrega que en teoría, los clientes que opten por ser libres recibirían ofertas de generadoras atractivas, pero advierte que no necesariamente esto ocurrirá: “Una cosa es el precio para una distribuidora con alta capacidad de pago, en un contrato a 20 años, y otra cosa es el precio para un cliente industrial, con mayor riesgo, en un contrato por pocos años. Dependerá de las ofertas que se reciban”, advierte.