Durante los meses de invierno explicó el 34,7% de la producción eléctrica en el país. En paralelo, el proyecto de ley que busca adelantar en varios años el plan de descarbonización suma apoyos.
Fuente: Pulso – La Tercera
Aunque el plan para modificar la matriz energética y desplazar al carbón muestra varios avances, en el último tiempo este combustible ha conseguido retener el número uno entre las fuentes de producción de electricidad. De acuerdo con cifras del Coordinador Eléctrico, durante los meses de junio, julio y agosto -meses más fríos y lluviosos y, por lo mismo, más intensivos en el uso de energía- el 34,7% de la producción eléctrica se debe a este energético, que lo pone muy por sobre el gas o la hidroelectricidad (ver gráfico).
Este número representa un descenso de cuatro puntos respecto al mismo período de 2019, señal de avance en la retirada de este energético. A la fecha hay tres unidades cerradas y a fines de este año habrá dos más. Se espera que haya 11 unidades cerradas antes de 2025, que representan el 30% de la capacidad instalada en base a ese combustible.
Pero, ¿es suficiente este avance? En el Congreso creen que no y, por eso, se presentó un proyecto de ley que busca el cierre total del parque a carbón no en 2040 como está pactado, sino a más tardar en 2025, iniciativa que se aprobó en particular en la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara a comienzos de agosto.
La iniciativa preocupa a la autoridad. El secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía (CNE), José Venegas, dijo que “los cálculos que habitualmente se hacen son muy simplistas y desconocen la complejidad de la operación del Sistema Eléctrico. Se suman los megawatts de capacidad instalada y eso no es lo correcto”.
“No es llegar y comparar megawatts instalados ni reemplazar generación segura en gran proporción que representa hoy el carbón por hipotéticos proyectos o desarrollos de inversión que supuestamente ocurrirán. En la CNE hemos hecho esas simulaciones y consideramos imprudentes proceder a una descarbonización rápida sin disponer infinidad de medidas que serían necesarias”, complementó.
En esa misma línea, en el reporte mensual de la consultora Systep plantearon diversos argumentos para apoyar que, por ahora, no se ve factible eliminar el carbón a 2025. “El retiro anticipado del carbón resultaría en un alza de los costos marginales promedio del sistema del orden de 104% en el corto-mediano plazo, como consecuencia del mayor despacho de centrales a gas y diésel. A nivel mensual, el costo marginal podría aumentar hasta en 124 US$/MWh, en condiciones hidrológicas muy secas”, se planteó.
El presidente ejecutivo de Generadoras de Chile, señaló que es importante impulsar proyectos que permitan el desarrollo de tecnologías limpias y que eviten crear incertidumbre regulatoria. “Cualquier política pública que se impulse tiene que ser costo efectiva, con las evaluaciones medioambientales, sociales, económicas y técnicas que corresponde, de modo de asegurar un suministro energético seguro, confiable, sustentable y a precios razonables”, agregó.
En tanto, la directora de Chile Sustentable, Sara Larraín, se mostró favorable al proyecto. “El plazo a 2040 es ridículo. El mercado y las casas matrices empujaran a las carboneras a salir antes y el gobierno habrá hecho el ridículo en su posición conservadora. Lo mismo les paso con las ERNC. La ley exigía 20% de ERNC al año 2025, pero eso ya se logró en 2019”, manifestó.