Análisis a la incorporación de las Energías Renovables No Convencionales a la matriz energética nacional.
Hugh Rudnick, académico UC y director de la consultora Systep: «Hoy tenemos una sobreinversión de energías renovables»
El año 2013 se promulgó la Ley 20/25 que duplica el objetivo de una matriz energética proveniente de fuentes renovables no convencionales de un 10% para el año 2024, como decía la norma anterior, al 20% para el año 2025. Según Hugh Rudnick, académico UC y director de la consultora Systep, esas normativas han sido más exitosas de lo que uno piensa. “Atraídos por esta ley y por las condiciones políticas y económicas del país que lo hacen un mercado atractivo, ha llegado una cantidad casi excesiva de inversionistas y prácticamente con las centrales en construcción y las que suscribieron contrato en la última licitación de diciembre, ya tenemos cumplido el objetivo de 2025”.
Hugh Rudnick dice que hay una sobreinversión de energías renovables que se nota, por ejemplo, en el norte chico, donde ha sido tal la inversión en renovables en un sector donde hay problema de transmisión (Tercera y Cuarta Región) que los precios se están yendo al suelo. “Pese a las barreras que existen en transmisión, mano de obra o financiamiento, estas energías se han desarrollado muy bien”.
¿Son superables esas barreras?
Existiendo en la práctica, las barreras no son relevantes para lo que ha ocurrido en el país. Incluso las barreras tecnológicas. En algún momento pensamos que, como las energías solar y eólica son intermitentes, iba a ser demasiado difícil acomodarlas en un sistema de carga permanente. Pero incluso ya existen los mecanismos tecnológicos para poder abordarlas. Mi impresión es que, en la práctica, las barreras no son relevantes.
Y en el sistema de transmisión, las barreras van a ir superándose. Por ejemplo, hoy tenemos muchos cuello de botella y uno de ellos es justamente el que conecta la zona central con la Tercera y Cuarta Región. Pero el ministerio y el ministro Pacheco en particular se han estado jugando para que las carreteras eléctricas puedan desarrollarse y para encontrar los trazados que menos impacten a la ciudadanía y a la sociedad en su conjunto.
En ese escenario, ¿por qué no ponerse metas más ambiciosas?
En algún momento, los inversionistas en energías renovables nos dijeron que Chile debía ser más agresivo y aspirar al 30/30 (30% de la matriz energética proveniente de fuentes renovables para el año 2030). Creo que no hay que establecer metas porque, como se ha demostrado que son competitivas, no tiene sentido ponerse demasiado ambicioso. Lo de las metas era precisamente para levantar las barreras de entrada. Dejemos que el mercado responda y que las energías renovables vayan demostrando que pueden ganarse su espacio. Lo han demostrado países como Alemania y España: fomentar estas energía más allá de las condiciones económicas puede ser perjudicial.
¿Le parece auspicioso, entonces, el escenario actual?
Fue una buena decisión el que en Chile eligiéramos poner cuotas acotadas y no tarifas de subsidio, como lo hicieron otros países, porque eso ha hecho que las energías renovables tengan que competir y las que han logrado hacerlo se han insertado bien en el mercado.